Crónica del II Encuentro de Familias de la Parroquia

FamiliasVer las fotos del Encuentro 

   Unas 30 familias de la Parroquia de San Pedro Poveda hemos celebrado el sábado 8 de marzo, por la tarde, el II Encuentro de Familias. El tema no pudo ser más interesante y urgente: ¿CÓMO MEJORAR LA CONVIVENCIA FAMILIAR?

     El acto comenzó con la oración, presidida por el Párroco Julio Segurado Cobos, que se centró en un texto de San Pablo a los Colosenses: “Como elegidos de Dios, santos y amados, vestíos de la misericordia entrañable, bondad, humildad, dulzura, comprensión. Sobrellevaos mutuamente y perdonaos. Y por encima de todo esto, el amor, que es el ceñidor de la unidad consumada… Cantad a Dios, dadle gracias de corazón, con salmos, himnos y cánticos inspirados…” (Col 3, 12-21). [Descargar oración]
     Tras la oración, los niños se fueron con sus cuidadores/as a visionar una película sobre el hijo pródigo y a realizar unas actividades de Cuaresma. Después tuvieron tiempo de sobra de jugar y correr en el patio de la Parroquia.
     Los adultos, en cambio, continuamos el encuentro con la ponencia de Loles Serrano Melero sobre la convivencia familiar en la familia [Descargar PowerPoint]. Como síntesis, se entregó a cada familia un documento con los “Diez principios para mejorar la autoestima en la familia”. [Descargar documento 10 principios]

     Tras la ponencia, coordinados por los matrimonios del Equipo de Pastoral Familiar de la Parroquia, los participantes se dividieron en varios grupos para charlar sobre tres cuestiones: 1) Las dificultades más frecuentes en la convivencia familiar; 2) Las soluciones que suelen aplicar; 3) Las nuevas ideas y sugerencias que la ponencia nos ha aportado.
     En la puesta en común final se puso de manifiesto que las dificultades más frecuentes son la falta de tiempo y las deficiencias de comunicación (en calidad y sentimientos). También se insistió en la problemáticas que traen las nuevas tecnologías. En cuanto a las soluciones que las familias suelen buscar se señalaron estas: asistir a charlas y encuentros como este, ir a una en la pareja en la toma de decisiones, programar actividades familiares comunes… Respecto a las nuevas ideas y sugerencias sacadas de la ponencia, todos las familias agradecieron el contenido y la presentación que realizó Loles Serrano. Como ideas fuertes que nos han quedado destacamos las siguientes:
-Ser más generosos en la expresión de sentimientos. Excederse cariñosamente.
-Fomentar la relación y amistad con familias que vivan valores similares.
-Ser más delicados en el trato, teniendo detalles “sorpresa” que apenas tengan más razones que el cariño.
-Recordar los tres consejos del Papa a las familias: 1) Por favor, ¿puedo…? 2) Gracias y 3) Perdona
-Hacer actividades comunes como ir a Misa juntos los domingos, orar en familia…
– Luchar contra cualquier tipo de malhumor y procurar que reine la alegría y el buen humor
-Elegir buenos amigos y amigas paras nuestros hijos/as e intentar conocerlos.
     El Encuentro concluyó en el patio, compartiendo una cerveza o refresco y charlando durante un buen rato.
     La Parroquia ya celebró un primer encuentro a mediados de noviembre, y tiene pensado realizar uno cada trimestre. Para finales de marzo se ha proyectado una excursión en familia a Toledo, con motivo del IV aniversario de la muerte de El Greco.

 


Palabras del Papa Francisco a los familias

 

El 14 de febrero de 2014, día de San Valentín, el Papa Francisco se reunió con más de 10.000 parejas de novios en la Plaza de San Pedro. Francisco respondió a varias preguntas de los novios. Una pareja preguntó sobre el “estilo” de la vida matrimonial: “Santidad, vivir siempre todos los días es bonito, da alegría, sostiene. Pero es un reto que afrontar. Creemos que hay que aprender a amarse… ¿puede ayudarnos a esto, Santo Padre?” El Papa respondió ampliando la receta que ya había ofrecido a las familias en el Ángelus del día de la Sagrada Familia (29 de diciembre de 2013):

 

Vivir juntos es un arte, un camino paciente, bello y fascinante. No termina cuando os habéis conquistado el uno al otro … Al contrario, es precisamente entonces cuando empieza! Este camino de cada día tiene reglas que se pueden resumir en tres palabras, que ya he dicho a las familias, y que vosotros ya podéis aprender a usar entre vosotros: puedo, gracias y perdona.


 

“¿Puedo?”. Es la petición amable de poder entrar en la vida de otro con respeto y atención. Hay que aprender a preguntar: ¿puedo hacer esto? ¿Te gusta que hagamos esto? ¿Qué tomemos esta iniciativa, que eduquemos así a los hijos? ¿Quieres que salgamos esta noche?… En resumen, pedir permiso significa saber entrar con cortesía en la vida de los demás. ¡A veces en cambio se usan maneras un poco duras, como ciertos zapatones de montaña! El amor verdadero no se impone con dureza y agresividad. En las florecillas de san Francisco se encuentra esta frase: “Sepas que la cortesía es una de las propiedades de Dios … y la cortesía es la hermana de la caridad, la cual apaga el odio y conserva el amor” (Cap. 37). Sí, la cortesía conserva el amor. Y hoy en nuestras familias, en nuestro mundo, a menudo violento y arrogante, hace falta mucha cortesía.


 

“Gracias”. Parece fácil pronunciar esta palabra, pero sabemos que no es así… ¡Pero es importante! La enseñamos a los niños, ¡pero luego la olvidamos! La gratitud es un sentimiento importante: ¿recordáis el Evangelio de Lucas? Jesús cura a diez enfermos de lepra y sólo uno vuelve atrás para decir gracias a Jesús. Y el Señor dice: ¿y dónde están los demás? Esto vale también para nosotros: ¿sabemos dar gracias? En vuestra relación, y mañana en la vida matrimonial, es importante tener viva la conciencia de que la otra persona es un don de Dios, del que siempre hay que dar gracias. Y en esta actitud interior decirse gracias mutuamente, por todo. No es una palabra amable que usar con los extraños, para ser educados. Hay que saberse decir gracias, para avanzar bien juntos.


 

“Perdona”. En la vida cometemos muchos errores, muchas equivocaciones. Lo hacemos todos. Quizás no haya un día en el que no hagamos algún error. Por eso la necesidad de usar esta sencilla palabra: “perdona”. En general cada uno de nosotros está dispuesto a acusar al otro y a justificarse a sí mismo. Es un instinto que está al origen de tantos desastres. Aprendamos a reconocer nuestros errores y a pedir perdón: “perdona, si he levantado la voz”; “perdona si he pasado sin saludar”; perdona si lo he hecho tarde”, “si esta semana he estado tan silencioso “, “si he hablado demasiado sin escuchar nunca”; “perdona si me he olvidado “… También así crece una familia cristiana. Sabemos todos que no existe la familia perfecta, ni tampoco el marido perfecto o la mujer perfecta. Existimos nosotros, pecadores. Jesús que nos conoce bien nos enseña un secreto: no acabar nunca un día sin pedirse perdón, sin que la paz vuelva a nuestra casa, a nuestra familia. Si aprendemos a pedirnos perdón y a perdonarnos mutuamente, el matrimonio saldrá adelante.


(Papa Francisco, 14 de febrero de 2014)

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