Carta del Párroco: Nuestra prioridad

Si hemos sido creados para adorar, si la adoración es nuestro propósito, y si ésta encuentra su expresión por medio de nuestra vida completa, entonces la conclusión es clara: ha de ser nuestra principal prioridad. Necesitamos aprender lo que significa que la adoración a Jesucristo sea algo central en nuestras vidas. En otras palabras, la adoración es nuestra respuesta a lo que más valoramos.

Un matrimonio solamente funciona si la relación es una prioridad. De forma similar, la adoración genuina involucra todo lo que somos para Dios. Él necesita convertirse en nuestra primera prioridad, sobre cualquier otro deseo, afecto y actividad.

En el evangelio de Lucas, Jesús es invitado a la casa de dos hermanas, María y Marta (Lc 10,38-42). Marta está absorbida en la laboriosa tarea de organizar la comida, mientras María se sienta a los pies de Jesús, rehusando a sucumbir ante la fuerte expectativa familiar, cultural y religiosa de la época. Es un gesto impactante, sin embargo, ella es escucha absoluta y está totalmente decidida a aprovechar cada minuto para aferrarse a cada palabra del Señor. Practicar la hospitalidad y dar la bienvenida a los visitantes era una tarea muy religiosa, basada en las Escrituras, sobre todo cuando se trataba de recibir a un rabí o maestro. Aun así, María hace algo radical y contracultural. El evangelio de Lucas la describe como “sentada junto a los pies del Señor”, en la postura de un discípulo, pidiendo precisamente convertirse en una discípula.

Frustrada e indignada, Marta irrumpe la reunión e incluso interrumpe al maestro: «Señor, ¿no te importa que mi hermana me haya dejado sola para servir? Dile que me eche una mano». Pero Jesús defiende la decisión de María: «Marta, Marta, andas inquieta y preocupada con muchas cosas; solo una es necesaria. María, pues, ha escogido la parte mejor, y no le será quitada».

La adoración será nuestra prioridad solamente si la elegimos como tal. Dios no nos obliga a adorarlo. Nos deja decidir: ser como Marta, ocupados con los quehaceres de la vida, incluso distraídos haciendo cosas para Jesús; o ser como María, que su prioridad era sentarse a los pies de Jesús, totalmente enfocada en Él, sin dejar que nada, ni nuestros deseos, ni nuestros intereses personales, ni las expectativas de otros, ni ninguna otra distracción interfieran. Esa decisión tiene implicaciones para nuestro tiempo, nuestro estilo de vida, nuestro dinero, nuestra energía y nuestras ambiciones en esta vida. Al adorar a Dios, lo convertimos en nuestra prioridad. Así como Richard Foster escribe:
“Si el Señor va a ser nuestro Señor, la adoración tiene que ser una prioridad en nuestras vidas. La prioridad divina es adorar primero, el servicio viene después”.

El obispo Sandy Millar cuenta una historia de cuando fue a una de las primeras conferencias de Vineyard (La Viña) en California. Al ser profundamente inspirado por todas las cosas que pasaban, se fue a caminar por la playa mientras derramaba su corazón ante Dios. Estaba muy agradecido por todo lo que estaba pasando en la vida de Holy Trinity Brompton. Mientras oraba, él pensaba en algunas cosas que podía ofrecer a Dios para que las usara. Cuando hizo la pregunta: Señor ¿qué quieres de mí? Sintió que Dios le decía claramente: “Sandy, lo único que quiero es a ti”. Antes de hacer grandes promesas y tratar de ofrecerle a Dios nuestro dinero, nuestros logros y nuestras ambiciones, en primer lugar y como lo más importante, necesitamos ofrecer todo lo que somos, lo que hemos sido y todo lo que seremos. La adoración es lo primero, el servicio viene después.

Nuestra primera llamada es a amar a Dios. En ese sentido, “el gran mandamiento”, amar a Dios con todo nuestro corazón, alma, mente y fuerzas, tiene que ir antes que “la gran misión”, ir y hacer discípulos. Si queremos evangelizar nuestro barrio y transformar nuestra sociedad, hemos de aprender a poner la adoración como prioridad.

En nuestra Parroquia, este curso vamos a priorizar la adoración. Los sábados, como conclusión de la Misa de 7 de la tarde, tendremos un rato de adoración, de alabanza, de intercesión, de sanación… que tanto estamos todos necesitando.

CATEGORIES
Share This

COMMENTS

Wordpress (0)
Disqus ( )
PHP Code Snippets Powered By : XYZScripts.com