CHARLA: “CONVERTIRSE PARA ACOMPAÑAR. ACOMPAÑAR PARA CONVERTIRSE”

CHARLA: “CONVERTIRSE PARA ACOMPAÑAR. ACOMPAÑAR PARA CONVERTIRSE”
(Por Juan Ignacio Damas, vicario de evangelización)
Martes 10 de mayo, 20:30 h. – Parroquia de San Pedro Poveda de Jaén
Ver en YouTube: https://youtu.be/65akeGMZCfk

1. Convertirse para acompañar. Acompañar para convertirse

1.1. Convertirse para acompañar

-De la parroquia de “servicios” a la parroquia de “procesos”
-De la parroquia “masa” a la parroquia comunión
-La parroquia como “comunidad de comunidades”
-De ser “dispensadores” a ser compañeros de camino

1.2. Acompañar para convertirse

Del acompañamiento surge un nuevo modo de ser cristiano y de ser parroquia
Un concepto más correcto de conversión (sub): la conversión como vuelta al camino trazado por Dios (no como paso de la increencia a la fe).

2. Dos evangelios clave:

2.1. Mt 13,24-30: El trigo y la cizaña

2.2. Lc 24,13-35: La aparición a los discípulos de Emaús

-La lectura historicista del relato
-La lectura eucarística del relato
-La lectura del relato desde la dinámica del acompañamiento.

3. Diez claves desde el Magisterio de Francisco (Evangelii Gaudium 169-173)

1. Acompañar desde una mirada cercana
2. Hacer un acompañamiento integral
3. Acompañar desde el respeto y la reverencia
4. Acompañar para acercar a la persona más y más a Dios
5. Acompañantes acompañados
6. Para acompañar, conocer los procesos
7. Acompañar con sentido comunitario
8. Acompañar con capacidad de corazón
9. proponer, corregir y ayudar a crecer
10. Acompañar para suscitar apóstoles

«La Iglesia tendrá que iniciar a sus hermanos —sacerdotes, religiosos y laicos— en este “arte del acompañamiento”, para que todos aprendan siempre a quitarse las sandalias ante la tierra sagrada del otro (cf. Éxodo 3,5). Tenemos que darle a nuestro caminar el ritmo sanador de projimidad, con una mirada respetuosa y llena de compasión pero que al mismo tiempo sane, libere y aliente a madurar en la vida cristiana» (FRANCISCO: Evangelii Gaudium 169)

«Más que nunca necesitamos de hombres y mujeres que, desde su experiencia de acompañamiento, conozcan los procesos donde campea la prudencia, la capacidad de comprensión, el arte de esperar, la docilidad al Espíritu, para cuidar entre todos a las ovejas que se nos confían de los lobos que intentan disgregar el rebaño. Necesitamos ejercitarnos en el arte de escuchar, que es más que oír. Lo primero, en la comunicación con el otro, es la capacidad del corazón que hace posible la proximidad, sin la cual no existe un verdadero encuentro espiritual» (FRANCISCO: Evangelii Gaudium 171)