“La conversión pastoral y misionera de la Parroquia”

El sábado 26 pronuncié en Gaudium, el encuentro de conversión pastoral, una conferencia sobre “La conversión pastoral y misionera de la Parroquia”.

Comencé la exposición centrando la misión de la Iglesia con las conocidas palabras de Pablo VI en Evangelii Nuntiandi 14: “La tarea de la evangelización de todos los hombres constituye la misión esencial de la Iglesia… Evangelizar constituye, en efecto, la dicha y vocación propia de la Iglesia, su identidad más profunda. Ella existe para evangelizar”.

Este mismo fue el objetivo del Concilio Vaticano II: “Hacer a la Iglesia cada vez más apta para anunciar el evangelio a la humanidad del siglo XX” (Pablo VI). Juan Pablo II continuará en esta misma línea desde el famoso pronunciamiento en 1983 en Haití: Es necesaria una nueva evangelización «nueva en su ardor, en sus métodos, en su expresión». Benedicto XVI prolongará su misma propuesta creando en 2010 el Pontificio Consejo para la promoción de la Nueva Evangelización y realizando en 2012 el Sínodo de la Nueva Evangelización.

En 2013 el Papa Francisco dio un paso más en Evangelii Gaudium 25: «Espero que todas las comunidades procuren poner los medios necesarios para avanzar en el camino de una conversión pastoral y misionera, que no puede dejar las cosas como están. Ya no nos sirve una «simple administración». Constituyámonos en todas las regiones de la tierra en un «estado permanente de misión»»

La Iglesia parece haber perdido de vista su misión y propósito: La misión es una de las muchas tareas que la Iglesia “hace”, en lugar de convertirse en lo que la Iglesia “es”. Por eso, la conversión pastoral de la Iglesia debería ir en la línea de recuperar esta identidad misionera perdida, de la que se habló en la conferencia de la mañana. De ahí que el Papa Francisco subtitule a su exhortación Evangelii Gaudium “sobre el anuncio del Evangelio en el mundo actual”, frente a la Evangelii Nuntiandi de Pablo VI: “sobre la evangelización del mundo contemporáneo”. ¿Acaso no son lo mismo ambas cosas? No lo son. En la conferencia cité el famoso estudio del teólogo Xavier Morlans, El primer anuncio. El eslabón perdidoen el que el consultor del Pontificio Consejo para la Nueva Evangelización explica que según EN 24 la evangelización son siete elementos que son complementarios y mutuamente enriquecedores: 1) dar testimonio con las buenas obras, 2) El anuncio explícito del Evangelio o kerigma, 3) La conversión inicial (apertura del corazón), 4) El itinerario de iniciación cristiana (catecumenado), 5) La vida comunitaria (a través de los sacramentos), 6) El apostolado organizado y 7) La renovación de la humanidad. Según Morlans, en la Iglesia católica actual en occidente falta casi completamente el eslabón segundo, el anuncio explícito del Evangelio, que produce la apertura del corazón y la conversión al Señor (tercer eslabón).

A partir de estas premisas defendí que el objetivo fundamental de una parroquia misionera es engendrar, formar y capacitar discípulos misioneros y presenté el proceso de formación de discípulos misioneros, inspirado en el documento de Aparecida (CELAM 2007), que están llevando a cabo en su Parroquia y en otras muchas parroquias en proceso de conversión pastoral y misionera, y que consta de cuatro etapas:

-Se comienza por el PRIMER ANUNCIO a los adultos como experiencia de encuentro con el Señor, que inicia la conversión al Maestro.

-Después se acompaña a los creyentes que deseen perseverar a través de un proceso integral de DISCIPULADO o catecumenado de varios años (cf. Hech 2,42).

-Se crean pequeños grupos de unas doce personas donde se vive la COMUNIÓN en clave de relación de amistad y donde se crece en el seguimiento de Jesús, con la ayuda de los acompañantes y los demás miembros del grupo.

-Se lleva a los discípulos a la madurez cristiana y al discernimiento del servicio y de la MISIÓN que Dios pide a cada uno.

Julio Segurado explicó las cuatro etapas en su conferencia, pero se detuvo especialmente en el comienzo del proceso, porque, al igual que Morlans, está convencido de que es en el PRIMER ANUNCIO donde está el atranque de la renovación y crecimiento de muchas Parroquias. Comentó que algunos pastores suponen que el primer anuncio sería equivalente a la “catequesis del despertar” de primero de primaria y por eso sería innecesario para personas adultas, cuando todos los expertos no dejan de insistir en lo contrario:

-«El anuncio del Evangelio con vistas a la conversión a Dios y la fe en Jesucristo es la primera y principal actividad de la Iglesia, su razón de ser. La Iglesia se constituye anunciando el Evangelio. Una comunidad cristiana se edifica, ante todo, anunciando el Evangelio» (J. Gevaert).

-«Nuestra actual situación pastoral se parece quizás al trabajo de un agricultor enamorado de su tierra. Cava, abona, riega, con gran dispendio de energías…, pero nadie se ha preocupado de sembrar en ese campo ¡y los esfuerzos resultan estériles! Si la catequesis corresponde al tiempo del cultivo, el primer anuncio corresponde al tiempo de la siembra, y es esta siembra la que falta, en gran parte, en nuestra pastoral ordinaria»(Comisión Catequética del Lazio 2002).

-«Jesucristo te ama, dio su vida para salvarte, y ahora está vivo a tu lado cada día, para iluminarte, para fortalecerte, para liberarte… El primer anuncio o “kerygma”… debe ocupar el centro de la actividad evangelizadora y de todo intento de renovación eclesial» (Francisco EG 164).

-«Cuando a este primer anuncio se le llama «primero», eso no significa que está al comienzo y después se olvida o se reemplaza por otros contenidos que lo superan. Es el primero en un sentido cualitativo, porque es el anuncio principal, ese que siempre hay que volver a escuchar de diversas maneras y ese que siempre hay que volver a anunciar de una forma o de otra a lo largo de la catequesis, en todas sus etapas y momentos» (Francisco EG 164).

-«Nada hay más sólido, más profundo, más seguro, más denso y más sabio que ese anuncio» (Francisco EG 165).

La conversión pastoral y misionera de la parroquia conlleva un giro histórico en la formación de discípulos misioneros: supone priorizar el anuncio a los adultos, proponiendo un encuentro con el amor salvífico de Dios, animando a una experiencia de Dios, invitando a una elección personal y libre de seguimiento de Jesús. Esto supone un cambio metodológico y pastoral que deberemos abordar con la participación corresponsable de los laicos, pues ellos son los principales agentes evangelizadores del primer anuncio. A través del primer anuncio se despierta el “hambre profunda de Dios” que es lo que a menudo parece faltar en muchas de las personas que se acercan a demandar servicios religiosos a nuestras Parroquias.

Ver en YouTube: https://youtu.be/FuNL72fy8h4

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