SEMANA 3: Cuidar la familia (Co-responsables con la familia)

SEMANA 3: Cuidar la familia (Co-responsables con la familia)

Cartel-FamiliaEl sábado 8 de noviembre, de 6 a 8 de la tarde, vamos a celebrar un Encuentro de familias en la Parroquia para compartir experiencias que enriquecen o mejoran nuestras familias. Habrá guardería y actividades para los más pequeños. ¡Os esperamos!

 

El segundo principio de la corresponsabilidad cristiana es -después de la oración- el enriquecer a nuestras familias con tiempo y con amor.

 

Las familias cristianas se caracterizan por la fe en Cristo que los une y los mantiene unidos. La existencia de una familia cristiana tiene sentido únicamente porque Jesús y su Padre son también verdaderos miembros de ella. Asimismo, creemos firmemente que el Espíritu Santo refuerza la confianza que nos mantiene unidos a Dios y a los demás en la vida familiar.

 

Identidad familiar

 

Las familias nos dan una identidad en comunidad más allá de nuestra vida personal y nuestro trabajo. Cuando nos sentimos miembros de una familia obtenemos una profunda conciencia de lo que es una vida compartida de compromiso permanente. Esto nos ayuda especialmente en la cultura de hoy, que devalúa el compromiso permanente con otros, sobre todo en tiempos difíciles. Asimismo, la familia da importancia al trabajo conjunto en una cultura que impulsa el individualismo.

 

La corresponsabilidad y la familia

Como miembros de una comunidad familiar, los cristianos somos llamados a ejercer una buena corresponsabilidad enriqueciendo nuestras relaciones familiares. La corresponsabilidad cristiana asume un espíritu de perdón y reconciliación entre los miembros de una familia, y supone que ésta se esfuerza por mejorar su comunicación, por fomentar la sensibilidad y la espontaneidad cariñosa.

 

El Matrimonio

El matrimonio cristiano es un signo dinámico de la corresponsabilidad cristiana, y da testimonio de un compromiso espiritual muy profundo y personal. La práctica de una corresponsabilidad auténtica nos ayuda a reunir la paciencia, la determinación, el esfuerzo y el sacrificio necesarios especialmente en tiempos de adversidad. Cuando el amor matrimonial está guiado y fortalecido por una experiencia de corresponsabilidad, el matrimonio goza de un ambiente de libertad y confianza, donde cada miembro es apoyado y alentado para crecer, ser más creativo y acercarse más a Dios.

«Los padres a través de la educación cristiana ayudan a que los propios hijos se hagan más conscientes cada día del don recibido de la fe, mientras se inician gradualmente en el conocimiento del misterio de la salvación, se forman para vivir según el hombre nuevo en justicia y santidad de verdad y contribuyen al crecimiento del Cuerpo místico.»

 

Padres e Hijos

Los padres ejercen corresponsabilidad sobre los dones de sus hijos, recordando que son micro-imágenes de Dios para sus hijos, y que, con la palabra y el ejemplo son los primeros predicadores de la fe en sus vidas. Los padres brindan a sus hijos un auténtico sentido de confianza y seguridad, haciendo de su hogar un lugar seguro, abierto… Y compartiendo con ellos la responsabilidad de las decisiones familiares al permitir su participación. Los padres buscan tiempo para pasarlo con sus hijos como familia, y tratan de mantenerse sensibles a las preferencias particulares de cada uno conforme van creciendo. Ellos también permiten que sus hijos tomen decisiones, y les enseñan que, como corresponsables, ellos son responsables de las consecuencias que traen esas decisiones.

Los hijos somos corresponsables de nuestros padres, especialmente los ancianos, y debemos asegurarnos que sepan que nosotros consideramos sus vidas no sólo significativas, sino también sagradas.

«Cuando Dios habita en una familia, la felicidad abunda en todos sus miembros»

 

Fuera de la familia

La familia cristiana va más allá de su círculo inmediato para acoger a otros con amor, facilitando que puedan entrar en sus vidas, en vez de encerrarse en su propia relación. La corresponsabilidad permite a la familia tomar conciencia de las necesidades de los vecinos, de la gente menos privilegiada y de todo el mundo. La corresponsabilidad fomenta una visión cristiana universal.

La familia refleja la presencia de Cristo. ¿Es posible que hoy y en el futuro el Espíritu Santo esté obrando a través de la familia cristiana para establecer un signo más consciente, visible y creible de la presencia de Dios en el mundo de hoy? Desde luego, la familia cristiana es un signo contracultural hoy en día. Todo aquello a lo que se enfrenta una familia como comunidad, no individualmente, alimenta y refuerza su compromiso con el Señor y con el prójimo.

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